Bien Chicas, aqui esta el Epilogo de "El Viaje a mi Felicidad"
Ha sido una larga luca para poder publicar los apitulos, sin embargo mis esfuerzos fueron Recompensados.
Esta novela fe testigo de grandes etapas de mi vida, y ahora que estoy a punto de comensar otra como estudiante Universitaria, la secuela de esta novela sera la nueva testigo.
Muchisimas gracias a todos aquellos que se tomaron el tiempo de leer mi novela, gracias a el apoyo de Luz, una de las primeras seguidoras que tuve, A cyber amiga y bloggera Agueda, y a Ines, que me han dado todo el apoyo que le era posible estos meses. Sin mas ni mas, las dejo con el epilogo.
POV Charlotte:
Habían pasado 5
años desde que me había vuelto hibrida, desde esa desastrosa batalla con
Alejandro. Aun me era difícil
acostumbrarme a eso de comer 3 veces al día, y a dormir 8 horas, sobre todo lo
de ir al baño, eso era un asunto algo incomodo ya que me sentía como una niña
de 2 años que apenas aprendía a ir al baño por sí sola. Lo más impactante de todo
este tiempo que ha pasado fue la conversión de Angelo, así es. Se había vuelto
un vampiro con un autocontrol aun mejor que el de mi padre.
Muchas cosas
pasaron luego de que desperté de mi pequeño coma, por ejemplo, Jhan y Marry Ann
se enteraron de que Vicko y Alisha eran novios, Vanessa salía con un chico
llamado Michel, algo raro la verdad, pero se ven total y perdidamente
enamorados el uno del otro.
Después de un
tiempo Angelo y yo habíamos decidido volver a nuestra ciudad, Paris. Desde
hacía unos meses Angelo estaba algo raro, casi nunca estaba en la casa y se la
pasaba distraído montado en alguna rama de algún árbol del bosque que rodeaba
la casa, estaba distanciado de mi y eso me ponía cada vez peor. Su
comportamiento me sacaba de quicio, pero ese día fue el colmo.
Cuando desperté ese día en el hotel él
no estaba, ¡ni si quiera había dejado una nota!
Las lagrimas comenzaron a bajar por mis
mejillas, ¿acaso Angelo había dejado de amarme? Últimamente había estado muy
sensible por cierto problemita, pero eso no le restaba importancia al hecho de
que él se fuera así sin más. Lentamente me levante, limpie mis lágrimas y me
duche para salir. Cuando Salí del baño mi teléf sonó así que conteste de mala
gana, aun estaba enojada con Angelo.
-Diga?- respondi mientras terminaba de
arreglar mi cabello
-En el parque Bagatelle en 20 min- dijo la voz
de Angelo.
-De acuerdo- gruñí. Como se atrevía a llamarme
después de irse asi? La tristeza que había tenido hace medos de 10 min se
transformo inmediatamente en rabia. Tome grandes bocanadas de aire para tratar
de calmarme mientras terminaba de vestirme para salir.
Salí del hotel y tome un taxi aun hecha una
furia, veía como las calles pasaban, como los humanos vivían una vida tranquila
completamente ajena a nosotros y sonreí al recordar que en un tiempo yo también
era totalmente ajena a lo que ahora es mi mundo. El conductor me saco de mis
pensamientos cuando anuncio que ya estábamos en la entrada del parque y la
rabia volvió de nuevo pero para convertirse en tristesa, ahora solo quería
llorar de la impotencia. ¿Era posible que nuestro amor hubiera acabado de
verdad? De solo pensar eso las lagrimas caían aun mas rápido por mis mejillas.
De pronto, una suaves manos recorrieron suavemente mi rostro mientras limpiaban
mis lágrimas, unas manos que reconocería en cualquier parte.
-Angelo- murmure
-¿Por qué lloras?- pregunto dulcemente
mientras levantaba mi rostro por el mentón para verme a los ojos.
-Por nada, es que tengo una basurita en el
ojo- respondí desviando la mirada
-Ajam, digamos que te creo- dijo el
abrazándome como si nada hubiera pasado durante todos estos meses. Era como si
nunca se hubiera distanciado de mí, como si solo hubiera salido a cazar y
hubiera vuelto a casa.
-Angelo…- comencé, pero él me interrumpió
antes de que pudiera continuar.
-Tengo algo muy importante que decirte-
susurro Angelo en mi oído y luego entrelazo nuestros dedos. Lo mire extrañada
pero el solo sonrió y comenzó a correr a través del dosel de ramas.
Corrimos por muy poco tiempo cuando el paro en
seco y se coloco detrás de mí para vendarme los ojos. Podía sentir sus dedos
recorrer suavemente mi cabello y después mi cuello, lentamente se acerco a mi
oído y susurro quedamente un “te quiero” que hiso estragos en todo mi cuerpo y
luego beso tiernamente mi cuello. Volvió a tomarme de la mano y empezó a
caminar lentamente, al poco tiempo volvió a detenerse y soltó mi mano, escuche
unos cuantos crujidos de las hojas y nada más.
Aun tenía los ojos vendados cuando sentí que
me daban un gran beso en los labios, me aleje por el susto y luego reaccione al
escuchar la risilla de Angelo, el me había besado. Me quite la venda de los
ojos y me paralice al ver lo que Angelo tenía en su mano.
Una pequeña cajita de color crema con adornos
dorados a los bordes.
-Que… que es…- tartamudee
-Charlotte, sé que he sido un asco los últimos
meses, me la he pasado de un lado a otro y nunca paro en casa, y sé que hace
rato llorabas por mí. No voy a ponerme a dar excusas, solo te dire que estaba
buscando la forma adecuada de decirte esto: “En vano he luchado. No quiero hacerlo más. Mis sentimientos no pueden
contenerse. Permítame usted que le manifieste cuan ardientemente la admiro y la
amo…. No podría decirte qué momento, qué lugar, qué mirada o qué palabra
sirvieron de base. Hace ya demasiado tiempo. Lo que sí sé decirte es que para
cuando me di cuenta ya estaba metido hasta el cuello”- Casi moría de la ria
mientras escuchaba como Angelo recitaba las palabras que Darcy le había dicho a
Elizabeth Bennett al declararle su amor, eran mis personajes favoritos y no
aguante las ganas de contestar con otra cita de “Orgullo y Prejuicio”
-"Yo no quería que usted
pensara bien de mi, pero Ud. lo hizo sin yo quererlo"- respondí mirándole
a los ojos
-“En vano he luchado. No
quiero hacerlo más. Mis sentimientos no pueden contenerse. Permítame usted que
le manifieste cuan ardientemente la admiro y la amo."- volvió a citar
Angelo y acto seguido me beso. Cuando se alejo de mi, tomo mi mano y se
arrodillo abriendo la pequeña caja color crema, dejando ver el hermoso anillo
de oro blanco con un diamante en el medio- Charlotte Hope Crestmoon, ¿quisieras
ser mi esposa?
Mi corazón dio un brinco y
comenzó a latir más rápido, las lagrimas bajaban por mi cara, pero estas no
eran lagrimas de tristeza, sino de alegría, una alegría que nadie jamás seria
capas de sentir, una alegría que solo Angelo era capaz de darme.
Me arrodille al igual que el
con una gran sonrisa en los labios y le abrase lo mas fuerte que pude, luego me
separe de el y susurre en su oído “Acepto”
Angelo me levanto en brazos y
comenzó a dar vueltas mientras ambos reíamos a carcajadas, era el momento más
hermoso de mi vida y lo iba a disfrutar al máximo, además, aun faltaba una
noticia que dar. Cuando Angelo me deposito en el suelo, le tome de las manos y
mire fijamente su rostro.
-Angelo- dice seriamente- tu
y yo… seremos padre- dije lo ultimo casi en un susurro ya que sabía que él me
iba a escuchar por más bajo que hablara
-¿Es enserio?- respondió el
con ojos brillantes por la emoción. Me limite a asentir y volvió a abrazarme
con mucha fuerza- Me has hecho el hombre más feliz del mundo Char, el mas
feliz.
La verdad, el no era el único
feliz, tuve que viajar hasta el fin del mundo para encontrarlo pero alfin lo
había hecho, sentía que ya podía guardar mi catalejo, mi brújula y mi mapa,
finalmente había llegado a puerto seguro…
…Fin