Ya había pasado
una semana desde que había llegado a España. De vez en cuando me
topaba con Alicia, pero ella solo sonreía, me saludaba y
se metía a su cuarto o al estudio a
tocar violín. Había hecho de todo para llamar su atención,
pero siempre me pasaba por alto. Era algo realmente frustrante, aunque algunas
veces la pillaba mirándome por encima de su libro o de su atril
cuando practicaba en la sala.
-Ya nunca te
veo tocando- me dijo una tarde- ¿acaso dejaste la música?
-No puedo
tocar- respondí amargamente- sufrí de
una lesión en mi mano que no me deja sostener el arco- era una vil
mentira. Desde hacía 5 deje de tocar viola, solo para tratar de olvidarme de
ella. Pero a pesar de todos mis intentos, no podía.
Ella asintió y
murmuro un "Lo Siento", yo solo asentir y entre a mi habitación.
Entre
y rápidamente abro las puertas de mi armario. Justo al fondo
se veía el estuche negro llenos de etiquetas de todos
los países a los que había viajado con
la esperanza de que quizá ella estuviera allí.
-Lucas- dijo mi hermana entrando a
la habitación- Saldré a cenar con Alicia, ¿quieres venir?
-No, gracias- respondí tomando el estuche de mi viola y uno de
los libros de partituras que por alguna razón mi
hermana había metido en la maleta. Le dedique una sonrisa a mi
hermana la cual ella respondió y luego se marcho.
Espere hasta que escuche el ruido de la puerta al cerrarse para salir
hacia el estudio y practicar. Puse las partituras en el atril y tome mi viola.
Sentir el rose del arco contra las cuerdas de mi viola era una sensación
maravillosa después de tantos años sin tocar, escuchar el sonido de las notas
fluyendo libremente. Era la gloria.
No sé cuánto tiempo estuve tocando, solo sé que después de un buen rato
escuche unos aplausos provenientes de la puerta, me levante rápidamente y mire
hacia la figura que estaba en la puerta, observando una sonrisa forzada en el
triste rostro de Alicia y una expresión de Furia y preocupación en el rostro de
mi hermana.
-¿Sucedió algo?- Pregunte- ¿Por qué traen esas caras?
Anastasia se limito a fruncir el ceño y salir hecha una furia hacia su
habitación dejándonos a Alicia y a mí, Solos en el estudio. De un momento a
otro Alicia estallo en lágrimas y sin pensarlo corrí hacia ella para abrazarla.
Le tome en mis brazos, la apreté hacia mi tanto como me podía permitir y deje
que llorara desconsoladamente en mi hombro sin decir ni una sola palabra.
Permanecimos abrazados por minutos, que a mí me parecieron horas, pero de la
nada, ella se separo de mi bruscamente murmurando un “lo siento, arruine tu
camisa” y salió corriendo de la habitación; Fui tras ella y la tome de la
muñeca jalándola hacia mi nuevamente, ella no opuso resistencia y solo me
abrazo apretándose más a mi cuando pase mis brazos por su cintura.
Su olor, su exquisito olor, entraba por mi nariz causando estragos en mi
cerebro y haciendo que ideara más de mil formas para asesinarla, pero la sola
idea de vivir en un mundo donde Alicia Moreno no existiera hacia que volviera
entrar a mis cabales. Con toda la delicadeza del mundo tome su mentón entre mis
manos y le obligue a mirarme a los ojos.
-¿Quieres decirme que paso?- Dije casi en un susurro
-Sucedió que…- comenzó vacilante.
-Puedes confiar en mí- volví a susurrar más cerca de su rostro pero sin
romper el contacto visual.
-Recuerdas que Erick, el amigo de Annie, se mudo con ella ¿cierto?- comenzó-
al poco tiempo de ellos haberse mudado él y yo comenzamos a salir
¡PUM! Primer golpe, pensé
-después de salir unos meses nos volvimos novios
¡PUM! Segundo golpe
–teníamos casi un dos años saliendo
¡PUM! Tercer golpe, estaba a punto de morir por mi propia pregunta
–Pero eso fue hasta hoy- Finalizo desviando su mirada hacia un lado
Justo cuando pensé que moriría del dolor, “Eso fue hasta hoy”. No cabía
en mí de la alegría, reprimí una pequeña sonrisa y abrase un poco más fuerte a
Alicia. Para ese momento estábamos en la cocina sentados en el mesón tomando
una taza de chocolate caliente, más bien ella lo tomaba para tratar de
calmarse.
-Hoy lo vimos en el restaurant al que tu hermana y yo fuimos a almorzar-
continuo después de haberle dado varios tragos a su chocolate caliente- pero no
estaba solo, estaba con él una linda chica con el cabello cobrizo y la piel
blanca como una hoja, parecía de porcelana- murmuro metida en sus pensamientos-
el caso es, que estaban besándose, claramente me estaba siendo infiel- dijo de
nuevo en la realidad- yo solo pude salir corriendo del lugar y me lleve a Annie
que quería matarlo a golpes
Alicia miraba al vacio con una expresión neutra en su rostro. Solo podía
quedarme viéndole como un total idiota, así como el primer día en que la vi en
el salón de ensayos de la orquesta. Estábamos sentados hombro con hombro,
repentinamente ella giro su rostro y quedamos cara a cara, solo centímetros nos
separaban. Pude observar a plenitud sus hermosos ojos negros, el perfecto ángulo
de su nariz y sus carnosos labios rosados.
-¿Que están…?- Interrumpió Anastasia entrando a la cocina de repente.
Alicia y yo dimos un brinco y nos separamos bruscamente tratando de disimular
que nada paso- Umm, ¿interrumpo algo?- pregunto mi hermana con pena
-Para nada- respondí levantándome con mi taza de chocolate al igual que
Alicia y salimos de la cocina.
Entre rápidamente en mi cuarto y me lance en mi cama frustrado. Había
estado a solo centímetros de rosar sus labios y justo por Anastasia tuvimos que
separarnos. Lentamente se cerraron mis ojos y fui quedándome dormido con medio
cuerpo fuera de la cama.
Al día siguiente desperté en medio de mi cama y cubierto por mis
cobijas, no recordaba haberme levantado después de haber caído dormido, así que
quizá Anastasia me había movido. Me levante con los músculos agarrotados por
haber dormido en las misma posición por mucho tiempo, por lo que decidí
ducharme haber si se iba esa extraña sensación. Cuando Salí de la ducha y entre
a mi habitación encontré a mi hermana dentro, mirando como la ciudad iba
despertaba poco a poco a través del muro de cristal.
-Buenos Días- dijo volteando hacia mi cuando
escucho como se cerraba la puerta- ¿Puedo saber que hablaste ayer con Alicia?
-¿Por qué debería decirte?- Conteste- Eso es
entre Alicia y yo
Le di la espalda y comencé a vestirme
-Debería darte pena vestirte frente a mi- Dijo
ella dándose la vuelta y con un tono de enojo en la voz por no querer contarle
la plática que tuvimos Alicia y yo.
-No es como si tuviera algo que no hubieras
visto ya- dije con sarcasmo y escuchando el bufido que salió de sus labios.
-Simplemente conversábamos sobre lo que paso en
el Restaurant, Annie, no te enojes- Respondí cuando termine de vestirme, tome
mi viola, algunas partituras y luego le di un beso en la frente a mi hermana.
Salí de mi habitación y me encerré de nuevo en
el estudio de mi hermana. Estaba concentrado a un punto, que la dulce voz de Alicia
hizo que me sobresaltara cuando hablo apoyada en el marco de la puerta.
-Parece que te estás recuperando muy bien de la lesión-
dijo ella sonriente mientras se acercaba a mi
-Así es, a este paso volveré a tocar como antes-
conteste sonriendo también y mirando directo a sus ojos marrones algo rojos por
el llanto.
Sin siquiera pensarlo, mi mano se levanto y roso
suavemente su mejilla
-No debiste llorar- susurre
Ella miro hacia sus pies sin alejarse de mi
mano- Trate de no hacerlo, pero no era por Erick por quien lloraba- me contesto
volviendo a mirarme de una manera muy intensa a los ojos. Sonrió ampliamente y
luego salió del Estudio. Mi mano se quedo en el aire ardiendo por el contacto
con su rostro y tratando de asimilar lo que había dicho.
Tome de nuevo mi viola y el arco para volver a
tocar, a pesar de que me encontraba muy aturdido. Si no lloraba por Erick,
entonces ¿Por quién estaba llorando?
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Bien¡¡ Como prometi aca esta el 3er Capitulo de Inalcanzable¡¡ Espero que les guste un monton¡¡ Este es uno de los caps que mas me han gustado hasta ahora¡¡ asi que espero que les encante¡¡
Las quiere
Gig! K´rrera
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