miércoles, 28 de diciembre de 2011

Capitulo 27... ¡¡Maldicion!!


POV Charlotte:
Estaba haciendo guardia a 100mts de la cabaña, tenia 1 semana en esto y no me había movido del lugar ni un solo centímetro. Estaba amaneciendo un día nublado y húmedo, la niebla se arremolinada en mi cabello y hacia desastres con él; Podría decir que estaba haciendo un frio espantoso, pero la verdad hacia mucho que había dejado de tener sensación de la piel, tenia días sin alimentarme y lo más seguro era que estuviera pálida, con los ojos totalmente negros y con los colmillos a plena vista. De pronto llego un auto negó y se estaciono cerca del Lincon de Alejandro, de el bajo una mujer alta, con cabellos largo y negros, y tenía unos muy marcados rasgos latinos. Y sin saber quién era, la identifique. Antonia.

Algo comenzó a vibrar en mi bolsillo, saque mi móvil y conteste mientras me alejaba un poco mas para que no me escucharan.

-Alo-Conteste entre susurros

-Char¡¡, Hola¡¡, emm… puedo saber en qué parte de Paris estas?? O si sigues en Francia-dijo la vos de Alisha

-Estoy en las afueras de Paris -conteste- para qué diablos quieres saber dónde estoy??

-Simple curiosidad- respondió ella con un tono e “soy inocente”-Exactamente en qué parte de la afueras de Paris estas??

-A las afueras¡¡¡ tome una ruta secundaria por el sur, porque preguntas tanto¡¡

-Ya te dije que es curiosidad- volvió a responder mi hermana

Di un largo suspiro y conteste- Vale, como… como esta Angelo??- pregunte dudosa, acaso me habría perdonado?, me sentía horrible por todo, me sentía como un monstruo, como un Vampiro roba almas. Me sentí como lo que era.

-Está bien, parece autista, siempre está mirando por la ventana o mirando al vacio- respondió ella con vos cansada, esto le afectaba más de lo que esperaba, nunca creí que mis acciones podrían ocasionarle tremendo año. Estaba arrepentida, totalmente arrepentida.

-Cuídalo Ali, también cuídate tu, si??- di otro largo suspiro y colgué sin esperar la respuesta de Ali, alguien se acercaba y yo estaba en riesgo.

Camine más dentro del bosque y me trepe a un árbol grueso, lo suficientemente fuerte para soportar mi peso. Me agazape en una de las ramas y espere silenciosamente al dueño de los pasos. Por el mismo lugar por el que yo había llegado entraron Alejandro y Antonia, ella tenía cara de cansancio y negaba con la cabeza mientras que Alejandro hablaba

-Tienes que encontrarlo¡¡- exclamo Alejandro mientras tomaba de la cintura a Antonio

-No puedo¡¡ se mueve demasiado, está en movimiento constante y me es muy difícil¡¡ solo veo manchones- contesto Antonia recostándose melosamente en el pecho de Alejandro. La escena me daba asco, no entendía como alguien podía estar así de cerca de un ser tan despreciable como Alejandro

-Vamos Tonia, se que puedes- ella se estremeció y se giro para ver de frente a Alejandro

-De acuerdo, lo intentare una vez más, pero no prometo nada, ok??- ofreció la vampira mientras acomodaba el cuello del abrigo que cargaba. El sonrió y comenzó a besar a Antonia. Me quede estática en la rama, ¡¿Cómo diablos ella podía hacer eso?! Eso era asqueroso¡¡.

Sacudí la cabeza y Salí corriendo en dirección a la cabaña, tenía que aprovechar que el otro amigo de Alejandro estaba solo y atacar, era tiempo de empezar esta guerra y empezaría masacrando al pobre e “inocente” Miguel. Llegue a la cabaña, podía escuchar como alguien caminaba de un lado a otro en la cabaña, estaba en la entrada, a punto de entrar, cuando escuche que alguien me llamaba por mi nombre, en realidad mi segundo nombre

-¿¡Hope!?...¿¡HOPE!?

Quien rayos me estaba llamado?? Y porque lo hacía por mi segundo nombre¡¡??
Adentro lo pasos se detuvieron de golpe y se acercaron a la puerta. Los nervios me carcomían, estaba a punto de ser descubierta y todo por el idiota que me estaba llamando.
Los instintos me traicionaron y voltee hacia la vos que me llamaba a tiempo para ver a mi padre y mis hermanos llegar al claro del bosque donde estaba la casa, en menos de un suspiro estaban delante de mí.

-Maldición¡¡-murmure

-Quien esta hay¡¡??- grito Miguel desde dentro de la casa, mis ojos se abrieron como platos y me gire hacia la puerta justo cuando esta se abrió de golpe. En ese instante deje de tocar el suelo, todo lo que me rodeaba estaba borroso y me di cuenta de por qué. Mi padre me tenía en brazos mientras corría de regreso al bosque, aun estaba en Shock, quería llorar de nuevo, llorar desconsoladamente en los brazos de mi padre. El me miro y me sonrió dulcemente, yo pegue la cara a su pecho y solloce.

-Lo siento, lo siento mucho- repetía una y otras ves- no volveré a desaparecer así, lo prometo
-Tranquila linda, todo estará bien- murmuraba papá calmándome- todo estará bien

Me sentía segura, después de tanto tiempo me sentía segura en brazos de papá, sentía como si esto nunca hubiera ocurrido, como si Alejandro solo fuera un mal sueño y estuviera feliz junto a Angelo. Me sentía yo de nuevo.

Teníamos rato corriendo, yo me había quedado dormida por el agotamiento y las horas sin dormir que tenia, mi padre se había detenido en un claro antes y habíamos cazado, en ese instante mis hermanos nos alcanzaron y corrí a abrazarlos a cada uno. En ese momento me di cuenta de que había sido una total estúpida, había decidió hacer todo esto sola por medio de perder a algún miembro de mi familia, cuando en realidad jamás los perdería, ellos siempre estarían conmigo.

No sé cuánto tiempo paso después de eso, pero poco a poco nos fuimos deteniendo y llegamos a una choza muy vieja y deteriorada, con las ventanas rotas y llenas de polvo, incluso tenía miedo de que si tocara alguna parte de la casa todo se callera a pedacitos. Entramos todos en ella y por un momento me dio la impresión de que la casa temblaba al paso de nuestros cuerpos, pero no me fije en ello, me fije en mi Familia, en el resto de ella.

Dentro de la casa nos esperaban mi madre junto con mis hermanas y mi sobrina. Apenas me vieron sonrieron y Vanessa y Alisha salieron corriendo en mi dirección para abrazarme, luego vinieron mis hermanas y mi mamá, las extrañaba de veras, y me volví a dar cuenta de cuan estúpida fui.

-No vuelvas a hacer esto¡¡- susurro mamá mientras me abrazaba-Siempre debes contar con nosotros

-Por supuesto mamá- respondí

-Sabes Char?? Te tenemos una sorpresa- dijo Ali y luego me vendo lo ojos

-Oigan, esto no es gracioso¡¡-exclame girándome en todas direcciones con los brazos extendidos, escuche una leve risita y luego nada. Se habían ido dejándome aquí y encima Ciega- Oh¡ Vamos, esto no tiene ni pisca de gracioso¡¡, Mamá?? Pa’?? Alisha¡¡ Alguien¡¡¡

En eso, unas manos se deslizaron por mi cintura y me apretaron a un cuerpo caliente y bien formado. Escuche una respiración pesada muy cerca de mi oído, volví a ver y supe quien era.

-Angelo…

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OLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA Aca les traigo el nuevo cap¡¡
lamento dejarlas en la espectativa >.< es que no tenia muchos animos de seguir publicando

Este cap se lo dedico a Nessy¡¡ mi nueva seguidora y a Paula Mustache mi otra seguidora¡ Espero que les guste el cap¡¡
Nessy: Me diste animos para publcar... Gracias¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ 


martes, 20 de diciembre de 2011

Feliz Navidad Ague...

Ola chicas¡¡¡ aca les dejo es especial navideño. Se que dije que lo haria sobre los Crestmoon pero esta es una historia que estaba en Stand by y quize terminarla para navidad, asi que la adapte un poco a la epoca y aca la tenemos n.n 
El nombre original es "Tarde Magica de Octubre" pero como es navidad le cambie el titulo.
Alejandra, recuerdas la historia en la que dije que utilizaria tu otro nombre?? pues aca esta n.n Espero e guste y tambien a las demas lectoras

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Una tarde tranquila de octubre, Agueda Montes se disponía a salir de su casa para ir a su trabajo de mesera en una cafetería de New York, lo que ella no sabía es que algo mágico ocurriría para cambiar su vida totalmente. Del otro lado del mundo, más específicamente en Siberia, un joven pintor norteamericano soñaba con pintar un paisaje distinto al que encontraba en las montañas nevadas que rodeaban su acogedora cabaña, deseaba pintar ese paisaje que se imaginaba cuando de niño su madre le contaba la mágica historia de un mundo donde los sueños se hacen realidad, donde lo imposible es posible y todo es hermoso.

Agueda trabajaba en el turno de la tarde en el Coffe Angel’s de Main Street cuando un viento asotador entro en la cafetería llevándose un montón de servilletas y también a Agueda. Ella se levanto asustada en un pequeño claro en algún bosque con dolor de cabeza y con frio, estaba asustada y sin saber qué hacer, nunca antes había estado en un bosque así que no sabía cómo actuar. Agueda siempre había sido una chica de ciudad, trabajadora y humilde pero aun así de ciudad, era una chica adicta a la lectura por lo que había leído libros sobre bosques por lo que solo tenía que poner lo leído en práctica, pensó ella.

Sin olvidar a nuestro joven pintor, a quien llamaremos Ethan Smith, lo encontramos en la misma situación, perdido en un claro de algún bosque, solo que para el este bosque era conocido. Estuvo menos de 5 min observando tranquilamente el lugar hasta que hiso la conexión ¡Era el bosque de la historia! Se levanto del lugar en donde se había sentado mientras trataba de recordar el lugar y comenzó a caminar enérgicamente para salir del claro, una gran sonrisa surcaba su joven cara hasta el punto de hacer que una pequeña risilla saliera de entre sus labios hasta que escucho un lejano sollozo. Ethan fue educado por su madre como un caballero, además inculco en el valores y principios, volviéndolo así incapaz de ignorar algún sollozo ya sea de algún Hombre, mujer o niño.

Ethan cambio su rumbo y camino hasta el lugar de los sollozos guiándose por los mismos. Cuando llego al borde de otro claro se quedo paralizado. Una chica de cabellos castaños y ondulados lloraba arrodillada en el suelo. Agueda lloraba dándole la espalda a Ethan, por lo que él se acerco lentamente hasta ella y se agacho a su lado, puso la mano en su hombro mientras tartamudeaba palabras tranquilizadoras, o eso esperaba el. Ella seguía llorando y sin previo aviso se lanzo a los brazos de Ethan para llorar aun más fuerte, tembloroso y asombrado el paso sus brazos alrededor de ella y la apretó fuertemente contra su pecho. El tiempo pasó, el bosque se oscureció y ahora Agueda solo hipaba, pero aun así Ethan no la soltó ni un poco, no porque no pudiera, sino porque no se sentía capaz de separarse de ella.
“Porque sigues abrazándome” pronuncio Agueda después de llorar durante horas. Ethan estaba tan concentrado sintiendo el calor del cuerpo de Agueda entre sus brazos e imaginándose como seria sentir el calor que también deberían de emanar sus labios, que se sorprendió cuando escucho el leve susurro de la vos de Agueda

“Yo… yo… lo siento” Aunque se sentía incapaz, Ethan se obligo a soltarla sintiendo inmediatamente la falta de calor entre sus brazos y haciendo que Agueda se pegara mas a el

“No dije que quería que dejaras de hacerlo” susurro Agueda sin levantar la cabeza del hombro de Ethan. El gustosamente volvió a abrazarla.

Entre los arbustos se escucho un ruido que sobresalto a ambos, por lo que miraron hacia la dirección de donde provenía el ruido; aunque siendo sinceros Ethan solo pudo fijarse en el perfil del rostro de Agueda. Un gato de ojos color café y de pelaje negro brillante, tan negro que parecía azul, entro en el claro y troto graciosamente hasta juntarse con nuestros protagonistas.

El gato se paro justo frente a Ethan y Agueda y les miro fijamente. Agueda miraba con el seño fruncido al gato e Ethan con asombro. El gato volvió su mirada hasta el lugar por el que había salido y volvió a mirar a Ethan y Agueda y repitió la acción nuevamente, y otras ves y otras ves.

“Quiere que vallamos con el” Dijo Ethan levantándose y extendiendo su mano a Agueda. Ella lo miro aterrada, y se quedo embobada mirándole directamente a los ojos verdes Grisáceos. Torpemente tomo su mano y se levanto.

Comenzaron a caminar siguiendo al gato, ya era de noche, pero ante los ojos de Ethan y Agueda el camino estaba totalmente alumbrado, como si el gato tuviera luminiscencia propia sirviendo de linterna a nuestros protagonistas. Después de caminar un largo trecho apareció ante ellos una inmensa cabaña hecha totalmente de madera, el gato camino hasta la puerta y con su pequeña patita la abrió al mismo tiempo que se encendían todas las luces de la casa. Los nervios de Agueda ya medio quebrados, le hicieron entrar en un especie de trance de “no veo nada, no siento nada”, aunque se aferro fuertemente al brazo de Ethan.

“Tranquila” susurro Ethan al sentir el fuerte agarre de Agueda y coloco su mano sobre la de ella en ademan de tranquilizarla.

Agueda respiro profundamente varias veces mientras caminaban por la casa, el gato servía de guía, lo que hacía que a Agueda le diera un paro cardiaco cada vez que se paraba frente a alguna puerta y la abría con su patita. Al final del recorrido Agueda había contado 5 habitaciones y una biblioteca inmensa repleta de libros además de una sala de Estar, la cocina y el Comedor. Ethan solo era capaz de pensar en la mano que no se soltaba por nada del mundo de su brazo, pensaba en los hermosos ojos grises enrojecidos por el llanto que había visto en el claro, en la asustadiza chica que había cambiado su mundo en menos de 5 segundos y de la cual ni el nombre sabia.

El gato negro los volvió a llevar a la Sala de Estar y los dejo haciendo una especie de reverencia y salió corriendo a través de la puerta principal. Ambos se quedaron estáticos en mitad de la habitación esperando que el otro reaccionara

“Bueno” empezó Ethan “Parados no haremos nada productivo”

Agueda asintió y volvió a recorrer la casa en forma de zombi más que para memorizarla, pero a menos de 2 pasos volvió a su posición inicial junto a Ethan. Por alguna extraña razón que ella no entendía no se sentía segura a menos de que estuviera a su lado todo el tiempo y digamos que en estos instantes la seguridad era una sensación que ella no quería perder, así que sin más ni menos volvió a aferrarse como una niña al brazo de Ethan.

“Soy Agueda” dijo nuestra protagonista tímidamente “lamento no haberme presentado antes, también el espectáculo de lagrimas en el bosque. Lo que sucede es que ¡no se que pasa!” exclamo Agueda con vos mas audible “hace 3 horas estaba en el Café en el que trabajo y de pronto soplo un ventarrón horrible y ¡bum! ¡Estaba tirada en un claro en algún lugar del mundo! Y después ¡¡aparece un gato que parece un hombrecito inclinándose cada 5 min y que aparte me muestra una casa en mitad de la nada!!” dijo Agueda ahora en estado de histeria mientras movía los brazos de un lado a otro

“Mucho gusto, Agueda. Yo soy Ethan” respondió Ethan divertido después de observar la explosión de Agueda “Tu no eres la única asustada. Yo tampoco se que pasa, pero… ¿Qué te parece si descubrimos juntos que sucede?”

Agueda asintió atontada por la intensidad de la mirada de Ethan y sintió que casi se desmallaba cuando el sonrió ampliamente. Ethan tomo delicadamente su mano y se encamino a través de la casa que, si bien recordaba la historia que su madre le contaba de pequeño, debería de tener unas habitaciones grandes en las que ambos pudieran hospedarse. Acertadamente las habitaciones existían y Agueda se pregunto el porqué Ethan sabía sobre la ubicación de las habitaciones si nunca había estado allí, aunque no hiso publica su duda.

Ethan dejo a Agueda para que se pusiera cómoda y pudiera dormir mientras él se encaminaba a la habitación contigua. Agueda giro observando detalladamente la habitación deseando tener allí su mantita y su pijama;  Aunque Agueda era una chica de 17 años bien cumplidos nunca se había dispuesto a dormir sin su manta, ya que era el único recuerdo de sus padres y ella se negaba rotundamente a separarse de ella, pero por el rumbo de la noche hoy sería la primera de muchas en las que no dormiría con su mantita. Lamentándose de su mala fortuna se dirigió a la cama y cuando vio lo que había en ella pego el grito al cielo,  en la cama estaba doblado su pijama de lunares verdes manzana y la mantita roza pastel que tanto adoraba. Ethan entro corriendo a la habitación de Agueda y la encontró dando saltitos con su manta en manos y con su pijama bien puesta, ella dejo de saltar cuando se dio cuenta que no estaba sola en la habitación y miro al suelo roja de vergüenza por su actuación tan infantil

“Yo… em… perdón por asustarte” murmuro quedamente Agueda

“Tranquila, debe de asustarte mucho toda esta situación” respondió sonriente Ethan. Esta se dio media vuelta y se dispuso a salir, pero una pequeña vos a su espalda se lo impidió

“¡No te vayas!” dijo sin pensar Agueda “por favor, ¿puedes… dormir conmigo? Solo será hoy” continuo Agueda

Ethan sintió que su corazón saltaba de su pecho mientras entraba en la cama junto a la chica que había robado todos sus pensamientos, ella rápidamente se quedo dormida e inconscientemente se giro apoyando su cabeza en el pecho de Ethan, que ya en estos momentos estaba extasiado sintiendo el calor corporal de Agueda, el olor de su cabello, el ritmo de su respiración, toda ella.

A la mañana siguiente Agueda se despertó sola en la habitación y se levanto de sopetón en la cama, ¿Dónde estaba? ¿Qué lugar era ese? El pánico empezó a apoderarse de ella hasta que recordó lo sucedido en la noche anterior, como se sentía durmiendo apoyada en Ethan, sentir su brazo alrededor de su cintura cuando se despertaba asustada en la noche. Sonrió como embobada mirando a la nada volviendo a rememorar los sentimientos de anoche, la sensación del calor corporal de Ethan y su respiración rítmica, pero un chirrido horroroso la saco bruscamente de sus pensamientos.

En la ventana de la habitación estaba el mismo gato de la noche pasada, con su pelaje totalmente negro y esa mirada profunda. Agueda se sorprendió de ver al gato pero aun asi bajo de la cama y abrió la ventana dejando pasar al gato, el cual salto hasta la cama y se acostó en ella; Agueda se volvió a recostar en la cama y acaricio al gato suavemente sintiendo el ronroneo que producía el gato dando a saber el gusto que le daban las caricias.

Mientras tanto, Ethan se hallaba en la cocina de la casa preparando laboriosamente un desayuno hecho especialmente para Agueda. El no se explicaba cómo es que en la cocina milagrosamente habían aparecido todos los utensilios para un delicioso desayuno al estilo Español, cuando segundos antes no había nada pero absolutamente nada en la cocina,  así que sin pensarlo dos veces y verle el lado extraño a todo eso  puso manos a la obra.

Después de terminado el desayuno subió silenciosamente hasta a habitación de Agueda temeroso de no despertarla,  pero el llegar y verla despierta y acariciando al gato negro con una hermosa sonrisa en el rostro fue una de las imágenes más bellas que alguna vez Ethan vio.  El cabello rizado de Agueda estaba enmarañado y con friz, pero la luz que llegaba de la ventana la hacía ver como si tuviera luz propia, como si fuera un ángel bajado del cielo. El corazón de Ethan latió frenéticamente y sentía como si hasta las paredes pudieran escuchar el rápido pum, pum, pum.”

“Agueda, te traje el desayuno” Murmuro Ethan haciéndose notar en la habitación

“Puedes decirme Ague” respondió Agueda alzando la vista y sonriendo aun mas “Gracias por la comida” Ella se levanto y camino hasta Ethan para tomar la bandeja con la comida; Pero cuando tomo la bandeja las manos de ambos jóvenes se tocaron logrando que una corriente eléctrica los surcara a los dos, ninguno retiro las manos, solo se limitaban a verse a los ojos como si pudieran ver el alma el uno del otro a través de ellos. El mundo desapareció en ese instante para ellos, todo se volvió negro y solo podían verse a ellos en ese espacio, pero aun así no desviaron las miradas. Poco a poco fueron acercándose sin darse cuenta, sus caras estaban a centímetros y parecía que había una fuerza extraña que no dejaba que se separaran, pero no les importaba.

Agueda solo quería estar más cerca de él y sentir sus labios sobre los de ella, quería que la abrazara fuertemente y que nunca la dejara ir. Ethan deseaba tenerla, poder besarla sin escrúpulos, demostrar que a pesar del poco tiempo de conocerla ella lo había hechizado en cuerpo y alma y no trataría jamás de romper ese hechizo. El gato miraba la escena con el seño fruncido y se negó rotundamente a dejar que el amor de su vida se besara con una humana cualquiera, así que decidió actuar y salto entre la joven pareja rompiendo la burbuja en la que se habían encerrado. Agueda retrocedió con las mejillas rojas de vergüenza por lo que había estado a punto de hacer, tomo su ropa y salió corriendo de la habitación.

“¡Ague!” exclamo Ethan siguiéndola, pero una vos que reconocería en el infierno mismo lo detuvo

“Ni siquiera pienses mover un pie en su dirección Ethan Alexander Smith” rugió la vos “He  esperado mucho tiempo por ti y no pienso perderte por esa niñita estúpida”

Ethan giro nuevamente y solo vio al gato que lo miraba fijamente, él le devolvió la mirada y se sintió desmayar al ver los mismos ojos color café, de su difunta prometida, en el gato.

“Franchesca” Susurro Ethan. Franchesca había sido su prometida hacia 5 años, pero había muerto cuando una tarde de octubre cuando iba camino a casa de su novio perdió el control de su auto y entro en el bosque estrellándose con un inmenso roble, extrañamente nunca se encontró su cuerpo y pensaron que había salido disparada por el parabrisas y había terminado en el lago detrás del roble. Ethan le dio cristiana sepultura en un ataúd vacio y la dio totalmente por muerta.

Una briza que congelaba hasta los huesos entro en la habitación trayendo de vuelta al presente a Ethan y helándole la sangre al ver que ya el gato no era el gato sino la mismísima Franchesca Green. 

“Tu estas muerta” Dijo Ethan

“OH No querido, no morí en el accidente” contesto burlonamente Franchesca “¿Recuerdas la historia que tu madre te contaba sobre el bosque mágico, y el montón de creaturas con poderes extraordinarios que Vivian en él?” Ethan asintió “Resulta que el bosque en el que me estrelle ¡era ese mismo bosque! Al principio no lo creí, sabes que yo era muy escéptica con esas cosas, pero después de muchas pruebas lo creí.”

Ethan solo estaba allí, observando a Franchesca pero pensando en como estaría Agueda, en donde se encontraría en esos instantes, y como si fuera una respuesta a sus pensamientos un grito desgarrador irrumpió en la casa, un grito perteneciente a Agueda, a su Agueda. Ethan se giro nuevamente hacia la puerta y salió disparado escaleras abajo desesperado por encontrar a Agueda, el sabia que ella estaba en peligro y tenía que rescatarla.

“¿Por qué corres a buscarla? Ella es solo una niña asustadiza que no puede dormir sin su pijama y su mantita” grito furiosa Franchesca “¡Ella tiene que morir! Es la única forma de estar juntos” exclamo

Ethan se paralizo, ¿a qué se refería con que tendría que morir? Franchesca rio de forma macabra y estrepitosa poniendo la piel de Ethan como piel de gallina. La rabia se apodero de el y sin decir ni una sola palabra se giro bruscamente y lanzo una cachetada al rostro de Franchesca, la sorpresa apareció en el rostro de la ex – prometida de Ethan parándola en seco

“Te juro que si por alguna razón Agueda llega a morir, o si llega a tener algún rasguño te encontrare y te matare” amenazo Ethan con voz sombría, se giro y salió corriendo en busca de la única chica que de verdad a amado.

Del otro lado del bosque Agueda corría y corría en busca de su propia salvación, no sabía qué era lo que la perseguía ni porque lo hacía, solo sabía que debía huir de esa cosa. Mientras corría solo pensaba en Ethan, en que nunca volvería a ver sus ojos negros ni a sentir sus brazos a su alrededor, que tampoco volvería a ver a sus hermanas y a su madre jamás, que todo terminaría en un abrir y cerrar de ojos. Las raíces de los arboles que sobresalían del suelo hacían que Agueda cayera y se rasguñara la palma de las manos y las rodillas, cada paso que daba le dolía mas y sentía como si se estuviera acercando cada vez más a la bestia en vez de alejarse de ella, estaba, literalmente, desesperada.
Ethan seguía corriendo, esquivaba ágilmente los arboles en su afán por conseguir a Agueda. De pronto escucho un rugido estruendoso muy cerca de él y acelero el paso como si supiera que de donde viniera el rugido allí estaría Agueda. En menos de lo que canta un gallo Ethan vio la silueta de Agueda justo en el borde de un acantilado mirando hacia el vacio. Agueda, que no estaba consciente de la presencia de Ethan, caminaba hacia el borde del acantilado, un paso al frente y estaba cerca del borde, otro paso y el borde estaba justo debajo de ella,  movió el pie, se preparo para sentir la sensación de caída, levanto el rostro y susurro un “Lo siento”, termino de dar el paso, pero en vez de caer sintió un golpe en su costado y cayó abruptamente al suelo con Ethan sobre ella

“Por lo que más quieras, no saltes, no te alejes nunca de mi” expreso Ethan respirando pesadamente. A Agueda la tomo fuera de lugar la declaración ¿acaso Ethan sentía algo por ella? ¿Cómo era eso posible si solo había pasado menos de 1 día?

“Yo… yo…Nunca” tartamudeo Agueda y abrazo a Ethan, no quería soltarlo, deseaba estar con el por siempre. Es asombroso como nuestros jóvenes protagonistas en menos de 24 horas se habían enamorado locamente, y que a pesar del peligro podían disfrutar de estar el uno junto al otro.

Otro estruendoso rugido irrumpió en el bosque rompiendo el momento de la pareja, ambos se levantaron y salieron corriendo en dirección a la casa. Ambos salieron corriendo tomados de la mano, caían juntos, se esperaban si alguno se tropezaba, pero nunca soltaron sus manos. Una vez que llegaron a la casa vieron que no era la misma pintoresca cabaña de la mañana,  era más sombría y parecía que hubieran pasado miles de años, la madera se había oscurecido y cubierto de moho, las ventanas estaban rotas y las bisagras oxidadas, todo estaba muy mal.

“¿Estás seguro que debemos entrar?” pregunto nerviosa Agueda

“Ella está allí, tenemos que acabar con esto” Dijo Ethan mirado hacia el frente de cómo si estuviera hipnotizado.

Ethan tomo de la mano a Agueda y entraron a la casa. Todo estaba oscuro por dentro, el ulular del viento al pasar por los vidrios rotos de la ventana le daba más miedo a la ya asustada Agueda que a duras penas podía sostenerse en pie. La madera del piso crujía cada vez que la pareja caminaba, para Agueda esto era una película de terror y de las que asustaban bastante, mientras que para Ethan, para él solo estaba la idea de acabar con Franchesca. Llegaron al siguiente piso de la casa y al final de pasillo una puerta que, ni Ethan ni Agueda habían visto antes, se abrió dejando salir una fuerte ráfaga seguida de una malvada risa que le ponía la piel de gallina hasta al más valiente de los hombres.

Agueda se sujeto fuertemente de la mano de Ethan, cuando él se comenzó a caminar decidido hacia la puerta abierta de par en par, jalándolo y logrando que él se girara para mirarla.
 Ella lo miro directo a los ojos y camino lentamente hacia él. Agueda nunca había sido de esas chicas “lanzadas” ni nada por el estilo, más bien era de las que prefería quedarse en su casa viendo una buena película de romance o leer un buen libro antes que ir al centro comercial a pasar toda la tarde midiéndose minúsculos vestidos y comprando zapatos y cosméticos; Por lo que fue una sorpresa para ella cuando le planto un beso en los labios a Ethan

“No se que pase, no se si vuelva a verte, pero si se que has logrado robarme el corazón en poco tiempo” murmuro Agueda después de besar a Ethan. Este le miro sorprendido y la tomo entre sus brazos volviéndola a besar desesperadamente.

El futuro era algo incierto para esta joven pareja, ninguno de los dos era adivino o psíquico para saber qué sucedería al traspasar esa puerta, podrían morir, sobrevivir, o quizá desparecer para siempre. O simplemente, no pasaría nada.

Ethan, con el corazón en una mano y la otra tomando la mano de Agueda, camino hasta la puerta seguido del Amor de su Vida y se adentro en el agujero negro. Una vez dentro un grito proveniente de Agueda puso en alarma total a Ethan ¿Qué había sucedido? ¿Dónde estaba Agueda? Luces de velas se encendieron en la habitación creando una especie de círculo de ritual, y en todo el medio estaba Agueda inconsciente y con gotitas de sangre goteándole de la nariz.

“¡Agueda!” Exclamo Ethan y fue corriendo hasta donde estaba Agueda para salvarla. La culpa comenzó a golpear en su cabeza, nunca debió dejarla entrar con él, sabía que estaba en peligro y aun así dejo que lo acompañara solo por el simple capricho de estar con ella unos pocos segundos más.

“Ethan, Ethan, pequeño Ethan” Resonó la vos de Franchesca por toda la habitación “Te dije que ella moriría ¡es la única forma en que podamos estar juntos!” Su silueta se fue haciendo más visible justo al lado del cuerpo inerte de Agueda

“¡Eres una maldita!” rugió Ethan colérico “Te enterré hace 5 años y así te quedaras, no importa que deba hacer”  Ethan corrió hacia Franchesca con el propósito de arremeter contra ella, pero tan pronto como ella apareció desapareció en la oscuridad. Ethan desorientado comenzó a buscarla pero sin ningún resultado, hasta que un aliento congelado roso su cuello y justo detrás de él estaba de nuevo Franchesca. Ella se rio de forma macabra y se coloco al lado del cuerpo de Agueda, la cual parecía estar sumergida en un profundo sueño totalmente ajena a lo que podría suceder a continuación.






“No la toques, ni siquiera te acerques a ella” rugió Ethan mientras observaba como Franchesca tomaba una daga y estaba a punto de clavarla en el corazón de Agueda. Ethan aprovecho la distracción que provoco su grito en Franchesca y volvió a arremeter esta ves cayendo sobre ella y tumbándola. Franchesca aun tenia la daga así que Ethan golpeo varias veces sus manos contra el suelo hasta que logro que se aflojara la precio de esta sobre la daga y haciendo que la soltara; Ambos se enfrascaron en una pelea sin fin, propinándose puños, patadas y gritos, Ethan cada vez estaba más débil y sus golpes eran cada vez menos frecuentes y Franchesca era consciente de esta situación, por lo que se aprovechaba propinando mas y mas golpes. Ethan en su último intento de salvar la vida de Agueda, se levanto y tomo la daga, todo se detuvo, Franchesca miraba la daga y Ethan observaba cada movimiento que hacia Franchesca.

“No serias capas de utilizar eso en mi contra, ¿o lo harías, Ethan?”Murmuro Franchesca moviéndose sigilosamente.

“Lo hare, Créeme que lo hare” amenazo Ethan sujetando más fuerte la daga. Agueda, que ya estaba despertando con un terrible dolor de cabeza, observaba como Ethan y Franchesca peleaban, el miedo se apoderaba de ella, pero no el de morir sino el de perder para siempre a Ethan; Franchesca profirió un gruñido sobrenatural y se abalanzo sobre Ethan, Agueda grito, y Franchesca e Ethan cayeron al piso sin moverse.

“¡¡ETHAN!!” Chillo Agueda y salto del la mesa donde estaba sentada en dirección a Ethan. No mueras, no mueras era lo que pensaba mientras quitaba el cuerpo de Franchesca y dejaba ver la mancha de sangre en todo el estomago sobre la camisa. Las lagrimas de desesperación comenzaron a brotar de sus ojos, Agueda apoyo su frete en el pecho de Ethan mientras los sollozos rasgaban su garganta.  Agueda encontraba imposible como ese chico de extraordinarios ojos verdes grisáceos la había cautivado en tan poco tiempo, se había enamorado profundamente y ahora su corazón se encontraba roto en miles de pedacitos por la muerte de Ethan.

“No llores” susurraron en su oído, Agueda se estremeció y levanto la cabeza en busca de esa vos tan terriblemente conocida por ella. ¿Acaso ahora estaba loca? ¿Todo esto era una ilusión? Una mano algo fría toco su brazo haciendo que Agueda diera un respingo. “No llores, estoy bien” volvió a repetir esta vez Ethan mas claramente. Agueda miro fijamente el rostro de Ethan y observo como él la miraba profundamente con una sonrisa

“¡Ethan!” exclamo Agueda y se arrojo a sus brazos “Te creí muerto, no sabes el susto que me has dado” sollozo “no me abandones nunca Ethan, nunca”

“Nunca lo hare Ague, Jamás” Ethan la abrazo fuertemente aun acostado en el piso deseando jamás soltarla. “Ague…” susurro  Ethan, Agueda levanto levemente el rostro y noto que su rostro estaba a centímetros del de Ethan, cada vez fueron acercándose mas y mas hasta estar solo a milímetros.
 “Te quiero” murmuro Agueda rosando sus labios, pero cuando estaban a punto de besarse una luz cegadora apareció y ambos dejaron de sentir la presencia del otro.

Agueda despertó tirada en el piso de la cafetería donde trabajaba cubierta por servilletas de papel. Todo era un sueño se lamento Agueda mientras se levantaba del suelo. Mientras tanto en Siberia Ethan se devanaba los sesos buscando una forma de encontrar a Agueda, no tenía ni idea de donde podría estar haciendo que se preguntara como estaría ella; Los meses pasaron y nuestros protagonistas no habían vuelto a verse, hasta un hermoso día nevado de Diciembre.

Agueda se encontraba trabajando como de rutina, solo que sin su habitual sonrisa y entusiasmo. Ella deseaba todos los días con ansias que ese Sueño se volviera realidad y que Ethan entrara con su gran sonrisa por la puerta del local, pero nada sucedía. Ethan por otra pare había viajado por toda Europa, Asia y América latina en busca de Agueda sin resultado alguno, por lo que había decidido viajar ya casi sin ánimos a New York con la esperanza de encontrarla allí. Agueda se encontraba de pie detrás de caja registradora a espera de nuevos clientes cuando un chico alto, de cabello negro y unos ojos peculiarmente Verdes Grisáceos, era Ethan. Ella no se había dado cuenta por estar distraída con una pelusa de su chaqueta rosa, por lo que atendió al chico sin siquiera mirarle a la cara.

“Espere 5 min mientras sirvo el café, por favor” Dijo Agueda dándole la espalda al chico para buscar los vacos de plástico donde servían los Mokas. Ethan que también estaba distraído se quedo paralizado al escuchar la vos de Agueda, pero pensó que era una ilusión por las ganas de verla. Cuando Agueda puso el café en el mesón que dividía el local en dos, roso la mano de Ethan y la corriente eléctrica que los había surcado una vez hace ya casi tres meses volvió y recorrió el cuerpo de ambo. Agueda levanto el rostro y se encontró con los ojos brillantes de la alegría de Ethan.

“Imposible” susurro Agueda sujetándose del mesón para no desmayarse anta la falta de vida que sufrieron de repente sus piernas. Su corazón se detuvo y volvió a latir a 1000 por hora.

“Feliz Navidad, Ague” dijo Ethan triunfante con una sonrisa enorme en su rostro. Agueda salió disparada de detrás del mesón y se lanzo a los brazos de Ethan que ya la esperaban abiertos mientras las lágrimas surcaban su rostro

“es imposible que estés aquí, debo estar soñando” murmuro Agueda escondiendo su rostro bañado en lagrimas en el pecho de Ethan

“No soy un sueño Agueda, estoy aquí” dijo Ethan todavía sonriendo y levantando el rostro de Agueda “Te prometí que jamás te abandonaría así que estoy cumpliendo mi palabra” poco a poco sus rostros se fueron acercando “Poe cierto, no te quiero Agueda” Ante esa frase Agueda frunció el seño dolorida, Ethan sonrió y sujeto más fuertemente a Agueda “Te Amo” dijo, y le Beso.